En julio de 2011, el fotógrafo madrileño afincado en Cádiz Eugenio Garcés expuso por
primera vez en el Baluarte de la Candelaria una muestra titulada: Biodeseos. Entendía que la
naturaleza puede ofrecer al imaginario humano visiones que aparecen camufladas
y solo la contemplación sosegada y atenta puede mostrárnoslas. Así advertiremos
troncos de árboles que contienen “seres y engendros, piedras que ofrecen
cuerpos o peces que componen bodegones.” Para la próxima muestra quizás incluya
el Drago de la calle Tinte. Al mirarlo, el imaginario humano sí que se estimula
repulsivamente con la visión de ciertos seres y engendros.
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