miércoles, 29 de mayo de 2013

Invisiblidad



  Los metamateriales revolucionaron el campo de la óptica en la década pasada, y actualmente se siguen perfeccionando hasta conseguir índices de refracción negativos que desvían la trayectoria de la luz, de manera que el objeto parezca invisible.
  El inventor francés del siglo XVII  Denis Papin se dice que pasó los últimos años de su vida sin recursos y sin amigos, desaparecido, no sabiéndose con certeza ni dónde murió ni en qué fecha. Sin embargo, era demasiado inteligente y conocido como para no descartar que fuera posible que, después de perfeccionar las máquinas de obtención del vacío, se hubiera concentrado en otras máquinas de obtención de la invisibilidad o de materiales con que recubrirse para lograrla.


Denis Papin

Metamaterial

lunes, 20 de mayo de 2013

La lápida equivocada



  El escritor sanluqueño Ricardo Álamo, en su libro de microrrelatos Imaginarium, cuenta, en el que titula El mandato, el periplo del protagonista que obedece el mandato de alcanzar una meta. Atraviesa campos, villas, salva todo tipo de escollos, de obstáculos, de reveses, empeñando todo su esfuerzo y tesón. Pasan los años y no decae, prosigue, imbatible, hasta hacerse viejo y alcanzar exhausto, por fin, arrodillándose, la lápida que lleva su nombre inscrito. Tal, la meta.
  Cabe tomar el microrrelato como una metáfora que a todos concierne, sin que sugiera necesariamente lo vano de tamaño esfuerzo, sino más bien, por la volición empeñada, un premio y merecimiento que nos está prescrito. Y no puede ser que a nadie se le niegue por quedar a mitad de camino, pues donde quede, será también meta, aunque su afán haya sido más o menos intenso y apetecido.
  Lo malo, después de todo, será encontrarse que la lápida no sea la de uno, o que, siéndola, muestre equivocada la inscripción que había previsto. Por eso digo yo qué habría pensado el matemático suizo Jacob Bernoulli (1654-1705) al topar un error mayúsculo en la suya, pues, junto a la inscripción Eadem mutata resurgo ("Mutante y permanente, vuelvo a resurgir siendo el mismo"), los canteros no tallaron la espiral logarítmica que él había pedido, sino una espiral de Arquímedes.

Tumba de Bernuilli. Espiral al pie.

Espiral de Arquímedes

Espiral logarítmica

miércoles, 15 de mayo de 2013

La sombra internauta



  El psicólogo Carl G. Jung habló de la necesidad de enfrentarse a la sombra, término que refiere la parte inferior de la personalidad, sumergida en el inconsciente personal. Enfrentarse a ella significa reconocerla, interiorizarla, facilitarle su propia realización, su cobertura en el ámbito adecuado. Es una parte viviente de la personalidad que quiere ser vivida, no rechazada, ni esquivada, ni reprimida. El autoengaño ha servido siempre para quedarnos con la parte consciente que nos habilita una imagen adecuada, correcta, útil, aparentemente equilibrada, que es la que capta el otro, en su discreción y conformidad para avenirse con su propia negación o ignorancia de la sombra. Ella no tiene por qué reunir factores desazonadores o desequilibrantes, lo serán si no se canaliza adecuadamente, si no se asimila, si no se integra en la conciencia. Negarla es un error, pues no sabríamos a qué obedecen actos inconscientes, raptos obsesivos o neurosis pasajeras que pudieran desencadenar una patología. La confrontación con ella, es decir, con la parte inferior reprimida, defenestrada, originada por unos instintos o arquetipos heredados, que, por el procedimiento que sea, logramos desentrañar y trasladar al lado consciente, comporta un problema ético importante. Es difícil dilucidar la conveniencia de atenerse a unas reglas que impongan bien unas limitaciones, bien un régimen de permisividad que, a la sazón, pudiera conmocionar el propio entorno, al hacerse bruscamente visible. Pero una buena regulación es necesaria y a la larga beneficiosa, conforme con que la realización de la sombra nos hará mejores personas, más humanas, más libres. La pregunta es en qué medida acusa un descontrolado auge por la desproporcionada navegación internáutica y si es dable su realización abandonándola por los vericuetos señalados por las nuevas tecnologías.







viernes, 10 de mayo de 2013

Música de Gaspar Sanz



En palabras de Joaquín Rodrigo, tras la composición de la “Fantasía para un gentilhombre”, basada en piezas de Gaspar Sanz, el músico nacido en la Villa de Calanda, Teruel, en 1640, ennobleció el instrumento de la guitarra relegada hasta entonces a manos de barberos, trashumantes, pícaros o sencillas gentes del campo y de las villas.  Me pregunto si en este tiempo ha vuelto a rebajarse la categoría del instrumento a tenor de que cualquiera (barbero, trashumante, pícaro, sencilla gente…) es capaz de colgar en el youtube sus propias y toscas interpretaciones de la música de Gaspar Sanz.