En 2003 el matemático ruso Grigori Perelmán resolvió uno de los siete
problemas matemáticos del milenio propuestos por la Fundación Clay.
El único hasta ahora. Se trata de la conjetura que hiciera Poincaré en 1904 y
consistía en que toda superficie 3-variedad compacta o simplemente convexa en
un espacio de dimensión 4 debía ser homeomorfa a la 3-esfera, tal como ocurre
en dimensión 3, para una 2-esfera. La superficie compacta o simplemente convexa
es aquella en que cualquier lazo sobre la superficie se puede estrechar
continuamente y sin salirse de la misma hasta acabar en un punto. El
homeomorfismo sirve para trasladar propiedades topológicas de una superficie
dada a otra más sencilla de estudiar.
Me pregunto si es posible un tipo de homeomorfismo para superficies no
compactas, es decir, las que serían roscos o combinaciones de roscos para
dimensión 3. Las superficies en topología se pueden clasificar por su número de
agujeros. Aquí el lazo sobre la superficie, al estrecharse, no acabaría en un
punto, al encontrar como obstáculo insalvable el agujero.
O si, rizando el rizo, no podría encontrarse un homeomorfismo entre una
superficie no compacta en una dimensión dada y una superficie compacta en una
dimensión distinta. Ello significaría que el insalvable agujero por el lazo que se
estrecha en una dimensión se podría salvar hasta conseguir el paulatino colofón hacia
el punto en la otra dimensión.
Me comeré unos donuts mientras lo pienso.
Hace años que descubrí a Grigori Perelman; un individuo que aparecía en prensa como un demente algo andrajoso y con apariencia de vagabundo. Me llamó poderosamente la curiosidad. Cómo podía semejante mente tener esa presentación de si mismo al mundo?
ResponderEliminarHoy.. después de varios años, yo he descubierto la respuesta... él no encontró la variedad cuadrimensional... la necesaria para alimentar su corazón.
No sé si asociar su descuido físico a la falta de ese alimento del corazón... Quizás encontró dicha variedad cuadrimensional pero para ocultarla al mundo decidió seguir conservando su aspecto...
ResponderEliminarEse hombre no era feliz.
ResponderEliminarNo la encontró.