Poema A Hans Magnus le roban la maleta.
De José Agustín Goytisolo.
Entre algún libro y varios folletos y revistas
y el aviso de pago de una letra
ayer llegó la carta desde Berlín Oeste
trajo malas noticias de Enzensberger
y mi mujer y yo nos quedamos pensando
en los días que estuvo en Barcelona
cuando nos dijo que le acompañáramos
pues quería comprarse una maleta.
Eso de andar rodando por tiendas y almacenes
siempre me resultó desagradable
pero dijo maleta y fue como si todo su futuro
dependiese de que él pudiera andar
en compañía siempre de una bella muchacha
que guardara con mimo sus papeles
apilando sus sweaters pantalones y blusas
por todos los hoteles y lugares del mundo.
Lo mejor es pensar quién entiende o es técnico
en cuestiones como ésta delicadas de suyo
nos dijo mi mujer y Hans y yo asentimos
y al fin se decidió que mi cuñado era
un hombre de experiencia pues ha viajado mucho
y comprende y conoce todas las cualidades
que deben adornar a una buena maleta
y sabe de ocasiones y júbilos y ofertas.
Así ocurrió que fuimos los tres donde el cuñado
y estuvimos hablando buen rato y discutiendo
el modo de actuar y recuerdo que Hans
estaba tan nervioso como quien busca piso
y al fin salimos todos y yo aparqué en Las Ramblas
y en la primera tienda los encontré dudando
anduvimos a otra y a otra y regresamos
y ya no hubo más dudas: en la primera tienda.
Estaba allí esperando con su piel de azabache
y Hans la alzó despacio acarició sus cierres
era por dentro roja como cereza oscura
luego se comprobaron las asas y refuerzos
y vimos que asentía y el cuñado entró en fuego
hasta que la encargada rebajó unas pesetas
y la maleta y Hans ya no se separaron
volaban en un jet al cabo de unos días.
Mas la carta de ayer nos cuenta que en París
no sabe si en un bar o en el hall del hotel
alguien se la quitó y ni la policía
ni el conserje ni nadie pudo darle una pista
así que tuvo que irse como un viudo a Alemania
desde donde escribía y explicaba otras cosas
que mi mujer y yo jamás recordaremos
pues estamos tan solo pensando en la maleta.
Poema el otro
De Hans Magnus Enzensberger.
él ríe
está preocupado
expone bajo el cielo mi cara y mis cabellos
hace salir palabras de mi boca
tiene dinero y miedo y pasaporte
y riñe y ama
y se mueve
y lucha
pero no yo
que soy el otro
el que no se ríe
el que no tiene cara que exponer al cielo
ni palabras en la boca
a quien desconozco y es un desconocido de sí mismo
no yo: el otro: siempre el otro
que no gana ni pierde
que no está preocupado
i ni se mueve nunca
el otro
que se es indiferente
de quien no sé nada
a quien nadie conoce
ni me conmueve
ese soy yo.
ese no eres tú.
ResponderEliminarciertamente... ese otro es muy malaje...
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